Masticar chicle

El chicle es la golosina estrella por antonomasia y tiene beneficios que muchas desconocemos. Por ejemplo, al masticar chicle liberamos saliva, lo que alivia la sequedad bucal y ayuda a limpiar nuestros dientes si acabamos de comer, aparte de que así controlamos la ingesta de calorías.
Esto último se debe a que enviamos señales al cerebro de que estamos comiendo, generando la sensación de saciedad -también antes de las comidas es beneficioso porque, al segregar saliva, el estómago libera ácido clorhídrico y calma un poco el apetito-.
Ayuda también a quemar unas pocas calorías (11 por hora), y se ha demostrado que ayuda al proceso de aprendizaje al fomentar el torrente sanguíneo al cerebro y su consiguiente oxigenación.

Eso sí, es muy importante que el consumo de chicles no exceda los 20 unidades porque puede provocar un indeseable efecto laxante y que nos llenemos de gases, ya que al masticar abrimos la boca e ingerimos aire. Por tanto, es un buen complemento a una dieta sana y equilibrada.
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